de usar piedras para marcar los linderos de
protector de los rebaños, a los
que protege de los lobos. Su condición de mitad humana, mitad animal ofrecía un testimonio visible de su doble condición; pertenecía tanto al bosque como a las tierras cultivadas. Los romanos sabían que el control del espacio y la organización del
territorio exigía el pacto con las fuerzas del Bosque; ya que sólo éstas podían velar por los límites que definían allí donde los humanos podían desplazarse a otros lugares donde poder encontrarse totalmente seguros.
los
plantíos y las fronteras de los Estados. En relación con los Bosques presidía las plantaciones, cuidando en especial de los árboles que crecían salvajes, por lo que se le representa portando un tronco de un ciprés. Considerado también
