POLEVIK : EL ESPIRITU ESLAVO DE LOS CAMPOS

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Espirítu de los Campos perteneciente a la Mitología Eslava. Este espíritu salvaje protector en las regiones forestales del norte a veces aparece como un anciano vestido de blanco asustando a las gentes. Su piel y cabello reflejan el suelo y la 

 vegetación de los campos, y su altura crece y se contrae con los cultivos. Este espíritu puede ser benevolente o maligno. Se les observa principalmente al mediodía. No le gustan los perezosos y estrangula a los borrachos que se duermen en el

campo. Poleviks son capaces de ver el futuro, y a veces su presencia son presagio de enfermedad. Poludnica sería su equivalente en femenino, depende la región puede ser hermosa y vestida de blanco o como en Siberia una anciana de pelo rizado vestida con harapos. En         verano en tiempos de la cosecha ella camina através de los campos. Si ve que alguien trabaja al mediodía ella retuerce la cabeza y le rompe todos los huesos.  Los Polevik benevolentes ayudarán en 

las cosechas. Para ganarse a Polevik bastará con hacerle una ofrenda de os huevos y un viejo gallo dejándolos en una zanja cuando no haya nadie a su alrededor. Con la llegada del cristianismo estos se convirtieron en fantasmas o monstruos que asustaban a los niños en los campos y plantaciones.

EL CIPITIO : CRIATURA MITICA CENTROAMERICANA

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Es una criatura mítica en El Salvador, Guatemala y México. Surgió de la relación que tuvo su madre Ziguet (Sihuet) con el dios Lucero de la Mañana, traicionando al dios Sol. ​Es por eso que Teotl el dios de

dioses, condenó tanto a la madre como al hijo. La madre fue degradada de diosa Luna a mujer errante y el niño fue condenado a nunca crecer, y conservarse por siempre en la edad de diez años.​ 

 Durante siglos, Cipit fue el dios de las relaciones prohibidas y adulteras, en la actualidad es representado como un niño alegre y que vaga errante. El

Cipitío es un ser propio del folklore salvadoreño. El nombre viene del nahuat Cipit, que significa niño, de donde se deforma la palabra "Cipote" utilizada para nombrar a los infantes en El Salvador. El Cipitio es hijo de dioses, pero su aspecto es el de un niño de baja condición

social. Tiene el poder de teletransportarse. Viste manta blanca, caites(sandalias) y un sombrero de palma puntiagudo y de grandes alas. El Cipitío tiene una deformación en sus pies (los tiene del revés). Los que intentan seguir

sus huellas, se pierdien puesto que, dada la deformación física, estos siguen el camino de manera errónea, yendo al lado contrario al correcto. Frecuenta los trapiches de las moliendas de caña, le gusta comer y bañarse con cenizas, también le gusta frecuentar

los ríos y es un eterno enamorado de las muchachas a las que constantemente esta espiando. Su alimentación está basada en cenizas y guineos. Aunque no es ofensivo, es hostigador. Disfruta haciendo bromas con las cuales se burla de las personas, carcajeándose sonoramente.