IROKO IROKO IROKO IROKO IROKO Orisha (gobiernan las fuerzas de la naturaleza y los asuntos de la humanidad) relacionado con los deseos tanto buenos como malos. Orisha del caminante. El espíritu IROKÓ habita
en la raíz o el follaje del Arbol de la Ceiba (árbol sagrago donde se venera a todos los orishas). Cuentan las leyendas: que había una mujer llamada Lode que vivía sola pues no tenía familiar alguno y que subsistía de lo que su pequeña finca producía. Para comercializar sus productos se tenía que desplazar en largo camino, ya que sus tierras estaban muy distantes del mercado donde
ella acudía. Todos los días pasaba con su casta en la cabeza por delante de una Ceiba (árbol al que se le atribuyen poderes) que se encontraba en la ruta al mercado. LODE al pasar le decía que si le diera descendencia para que le acompañara por esos solitarios caminos que ella le daría una chiva
o un carnero. IROKÓ que escuchó los ruegos desde lo alto de la Ceiba le concedió una niña. LODE siguió pasando día tras día debajo de la Ceiba, pero como ya tenía quien le acompañara se olvidaría de la promesa que hizo a Irokó. En las cercanías de la Ceiba había una zona de tierras movedizas y un día que Lode
junto a su hija acudían al Mercado, la pequeña corriendo detrás de una bella mariposa cayó en las tierras movedizas. La niña comenzaría a hundirse sin que la madre podría auxiliarla y la niña quedo enterrada en las
profundidades del pantano. La madre entre sollozos pedía ayuda, pero nadie le escuchaba pues por allí nadie pasaba. LODE entonces se acordó de la Ceiba a la que pidió entre llantos que salvará a su hija, haciéndole promesas como en antaño. Iroko desde lo alto de la Ceiba entre canticos le respondería recordándole sus antiguas promesas. " Elukaluku, euré, eure yeyé, elukaluko yeyé aguadánaguadán molei alubabi yeyé omore kabiokó, elubámbion lai lían Iroko Lainlain ". Recordándole a LODE que antes de tener a su hija le había prometido y ahora que la había perdido se acordaba y le volvía a prometer, lo que problabemente tampoco ahora lo cumpliría.
en la raíz o el follaje del Arbol de la Ceiba (árbol sagrago donde se venera a todos los orishas). Cuentan las leyendas: que había una mujer llamada Lode que vivía sola pues no tenía familiar alguno y que subsistía de lo que su pequeña finca producía. Para comercializar sus productos se tenía que desplazar en largo camino, ya que sus tierras estaban muy distantes del mercado donde
ella acudía. Todos los días pasaba con su casta en la cabeza por delante de una Ceiba (árbol al que se le atribuyen poderes) que se encontraba en la ruta al mercado. LODE al pasar le decía que si le diera descendencia para que le acompañara por esos solitarios caminos que ella le daría una chiva
o un carnero. IROKÓ que escuchó los ruegos desde lo alto de la Ceiba le concedió una niña. LODE siguió pasando día tras día debajo de la Ceiba, pero como ya tenía quien le acompañara se olvidaría de la promesa que hizo a Irokó. En las cercanías de la Ceiba había una zona de tierras movedizas y un día que Lode
junto a su hija acudían al Mercado, la pequeña corriendo detrás de una bella mariposa cayó en las tierras movedizas. La niña comenzaría a hundirse sin que la madre podría auxiliarla y la niña quedo enterrada en las
profundidades del pantano. La madre entre sollozos pedía ayuda, pero nadie le escuchaba pues por allí nadie pasaba. LODE entonces se acordó de la Ceiba a la que pidió entre llantos que salvará a su hija, haciéndole promesas como en antaño. Iroko desde lo alto de la Ceiba entre canticos le respondería recordándole sus antiguas promesas. " Elukaluku, euré, eure yeyé, elukaluko yeyé aguadánaguadán molei alubabi yeyé omore kabiokó, elubámbion lai lían Iroko Lainlain ". Recordándole a LODE que antes de tener a su hija le había prometido y ahora que la había perdido se acordaba y le volvía a prometer, lo que problabemente tampoco ahora lo cumpliría.
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