MUERDAGO : PLANTA SAGRADA DE LOS DRUIDAS

MUERDAGO   MUERDAGO   MUERDAGO

Los celtas eran fervientes adoradores de bosques y árboles. Para los celtas el roble era el árbol sagrado por excelencia, sobre todo si llevaba el muérdago, una planta parásita que era objeto de particular veneración. La recolección del muérdago daba lugar a importantes ceremonias. Entre los druidas (sacerdotes celtas),  

     nada era más sagrado que el muérdago y el árbol a que éste estaba adherido, especialmente si era un roble, el cual escogían con preferencia para poblar sus bosques sagrados, y no practicaban ceremonia religiosa alguna sin la presencia de sus ramas. El muérdago criado en la corteza de un roble, era considerado un enviado celestial y como una señal de la elección que Dios mismo había hecho de 

            árbol. Encontrar el muérdago adherido a un roble era un fenómeno poco frecuente, y al hallarlo se le recogía con grandes ceremonias. Ante todo, se había de recoger en el sexto día de luna creciente, día que era el comienzo de sus meses, de sus años y de sus siglos, que duraban treinta años; día en el que la luna estaba ya en la plenitud de su fuerza y al que daban un nombre que significa remedio universal. 

Una vez preparado debajo del árbol todo lo necesario para las ceremonias, entonces subía al árbol un sacerdote vestido de blanco y cortaba con una hoz de oro el muérdago, el cual caía en una saya blanca. Era una creencia antigua que el muérdago, tomado en bebida, daba la fecundidad a los animales estériles (por su verde perenne) y servía de triaca contra toda clase de venenos. La fuerza del Druida estaba en relación directa con su comunicación 

con el bosque, es de ese misterioso mundo de la naturaleza de dónde surgía la voz de los dioses. El muérdago entre los druidas era una planta sacra. Aunque a menudo se atribuye a esta consideración sus propiedades medicinales, un bien para todo mal, físico o mágico. A parte de sus

innegables virtudes para combatir la arteriosclerosis y la tensión arterial, se le atribuía el poder de proteger y curar de forma mágica. Era además considerado un símbolo de paz y un poderoso amuleto protector, además del símbolo de la masculinidad, como contraposición 

al acebo, que era el símbolo de la feminidad. Según una antigua superstición, se colgaba sobre las cunas de los niños, para evitar que las hadas los robasen y los sustituyeran por otros. Hay leyendas que dicen que sus poderes mágicos provienen de que fue creado como un elemento que no era del cielo ni de la tierra, ya que sus raíces no tocan nunca la tierra, pero tampoco se sostiene por sí mismo en el aire. Es una de las plantas

 

mágicas por excelencia. Los antiguos druidas la empleaban para preparar sus pociones rodeados de todo un ceremonial. Crece en lo alto de los árboles y sus raíces no tocan la tierra. Leyendas y mitos acompañan a esta planta a lo largo de la historia. Creencias de los antiguos pueblos celtas que se extendieron

por distintos territorios dando lugar a tradiciones que han llegado a nuestros días. El Muérdago hace penetrar sus raíces en el árbol a través de las ramas para alimentarse con su savia. Las aves son las encargadas de propagar sus semillas quedando estas pegadas a la corteza de las

                                 

ramas de los arboles e iniciándose el proceso  de multiplicación de nuestra planta. Este vegetal, Viscum album, es un arbusto que no crece en el suelo, parásita los árboles, pero es fotosintético. No extrae del huésped savia elaborada sino savia bruta, que sólo contiene agua y sales

minerales del suelo que proviene de la absorción de las raices. La savia elaborada, rica en nutrientes orgánicos, es resultado de procesos fotosintéticos y tiene su origen en las hojas. Los pájaros comen las bayas del muérdago, no aptas para consumo humano. Tras ser procesadas en 

su aparato digestivo, las semillas, no afectadas en la digestión y presentes en 

sus deposiciones, 

germinarán en las ramas donde caigan.    El Muérdago, también conocido como Rama Dorada, por el color de sus frutos maduros, era la más sagrada de las plantas del botánico celta. Remedio para todas las dolencias. Este arbusto contiene las energías de cielo. Los reyes usaban una corona de muérdago como símbolo de este poder. Las semillas del muérdago eran consideradas como el semen de los dioses.